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Diccionarios técnicos. Entre bambalinas.

Òscar Aznar es un antiguo compañero de carrera de la facultad de TeI en la Universitat Autònoma de Barcelona, de hecho, llegamos a trabajar en equipo en alguna asignatura. Curiosamente, compaginaba los estudios de TeI con la licenciatura en Químicas. Tras acabar nos perdimos la pista una temporada. Cuando volví a saber de él me contó que trabajaba en la elaboración de un diccionario de química. Pensé que sería interesantísimo que nos hablara de ese trabajo pues a mí no se me había ocurrido adentrarme en el terreno profesional como traductora de esa forma, había optado por una salida más tradicional: trabajar como autónoma para clientes directos y agencias. En esta entrada, por tanto, Òscar os contará su experiencia en ese proyecto para acercaros un poco al mundo de la elaboración de los diccionarios especializados. Pero antes de nada, una presentación formal que os ayudará a entender un poco mejor sus respuestas:

Òscar Aznar Alemany es un químico (Universitat de Barcelona, UB) y traductor con la combinación EN, PT > CA, ES (Universitat Autònoma de Barcelona, UAB) que se especializó con un máster en análisis químico (UB) y otro en corrección lingüística en catalán (UAB). Compagina la enseñanza del inglés con proyectos lingüísticos como el voluntariado en la traducción de subtítulos para TED (www.ted.com) o, profesionalmente, la corrección de tesis doctorales o las colaboraciones con el TERMCAT (centro de terminología de la lengua catalana).

La elección es poco habitual, ¿qué te motivo a simultanear los estudios de química con los de traducción?

Desde siempre me habían interesado las ciencias puras y las lenguas por igual. En mi mente se presentaban como dos fenómenos muy parecidos: sistemas naturales (en oposición a artificiales) regidos por unas reglas implícitas pero deducibles. Eran juegos de descodificación y codificación. De entrada me matriculé en química porque es más alcanzable formarse en lenguas fuera de la universidad que en ciencias experimentales. No obstante, cuando superé el primer ciclo de la licenciatura, una amiga de traducción e interpretación me habló del acceso a segundo ciclo de su carrera y no pude desaprovechar la oportunidad de la formación universitaria en un campo que me apasionaba.

Al terminar ambas carreras, ¿cuáles eran tus expectativas profesionales? ¿La colaboración en la elaboración del diccionario fue tu primer trabajo como profesional? ¿Cómo llego?

rm-logo02Me veía con un trabajo estable en un laboratorio a media jornada, para asegurar un sueldo de supervivencia, y dedicando la otra mitad del día a la traducción y la corrección de textos científicos y técnicos. En la práctica substituí el laboratorio por las clases de inglés porque el horario es más marcado (en el laboratorio a veces dependes del experimento y hay que llegar pronto o salir tarde) y creo que ya hay muchos científicos, pero faltan profesionales que les trabajen la lengua (ya me entendéis). Lo primero que hice fue corregir un par de tesis doctorales y un trabajo de fin de máster de compañeras del departamento de química analítica en la universidad. Después, más por curiosidad que por intención, mandé mi currículum al TERMCAT y contactaron conmigo. Participé en la primera fase de la actualización del Diccionari enciclopèdic de medicina de Enciclopèdia Catalana y, al terminar, consideraron mi perfil para desatascar el diccionario de química.

¿Cuál era el título del proyecto (o el diccionario) y cuantas personas estabais involucradas en su concepción? ¿Cuál era la labor de cada una o cómo estaba dividido el trabajo?

Sorprendentemente, se trata del Diccionari de química, sin más. Muchas personas han participado en algún punto del proyecto; calculo que treinta o más. En la fase de redacción, especialistas de cada área temática de la química en las cuales se dividió el diccionario escribieron los términos y sus definiciones en catalán, además de las denominaciones en castellano e inglés. En la revisión temática, otros expertos debían revisar el contenido científico. A eso le seguía una revisión lingüística por parte de los terminólogos del TERMCAT y una revisión final de los responsables del proyecto.

¿Durante cuánto tiempo se prolongó el proyecto?

Digamos que se trata de un diccionario añejo. Yo entré en el proyecto al final del 2011, por lo que solamente puedo conjeturar. La redacción de un área puede variar de un par de semanas a un par de meses, o tres o cuatro, según la extensión de la misma y de la dedicación horaria. Siendo los redactores en gran parte profesores universitarios, se podría doblar o triplicar. La revisión temática fue lo que estancó el proyecto, ya que algunos especialistas fueron cuestionablemente fieles a su compromiso y quedaron muchas áreas sin revisar. Me consta que en 2007 se llevó a cabo la revisión lingüística de una de las revisadas, pero poco más. Como los autores, profesores universitarios, gozaban de trabajo abundante debido a la magnífica distribución de recursos de este país, no hubo presión para avanzar y el TERMCAT seguía con sus muchos otros proyectos. Hasta que apareció un chico ilusionado, de aspecto responsable y formado en química y lengua, a la vez que atractivo ;-). Así me confiaron las revisiones temática y lingüística a la vez con la intención de convertir el trabajo de dos meses de diez personas en el trabajo de veinte meses de una; no había prisa y se conseguiría un resultado más homogéneo.

Me has comentado que no ha llegado a ver la luz por falta de financiación, ¿cuáles han sido exactamente las causas de la paralización del proyecto? ¿Se puede hacer algo por cambiarlas?

El TERMCAT es un organismo público que maneja muchos proyectos y cada año se estudia el presupuesto menguante que se dedica a cada uno. Este proyecto no es prioritario ni siquiera para los autores (que ya tienen suficiente con lo suyo), por lo que está en cola de espera. Cualquier gobierno capaz de una mejor gestión o cualquier mecenas adinerado serán bienvenidos :-). En estos momentos puede faltar un año de trabajo.

¿Qué sucederá con todo el trabajo hecho si el proyecto no continúa hasta su finalización?

De momento se prevé finalizarlo, o sea que no se ha planteado esta cuestión, que yo sepa. Como la revisión se hace por áreas temáticas, supongo que se podrían publicar minidiccionarios específicos. Y siempre se podrían añadir todos los términos a la base de datos pública del TERMCAT.

¿Sabes si este tipo de circunstancia se da a menudo?

Por desgracia, parece que se da constantemente en cualquier trabajo hoy en día.

¿En qué circunstancias laborales ha quedado el equipo? ¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿Contemplas la posibilidad de poder seguir trabajando en ambas especialidades?

El equipo estos dos años hemos sido una responsable del TERMCAT y yo. Ella sigue con otros diccionarios y yo aprovecho un merecido descanso para experimentar con la formación en línea y dedicarme a todo lo que nunca hacemos “por falta de tiempo”. Estoy considerando cursar algún máster específico de traducción científica o escribir un superventas y vivir de las rentas ;-). En realidad no lo sé, tiendo a la improvisación; pero mi intención es seguir trabajando en el lenguaje científico.

¿Hay alguna cosa más que creas importante comentar?

Te hablaría de Doctor Who y Downton Abbey, pero creo que, a pesar de todo, no encajan en el tema…

Había olvidado ese humor Òscar ;-), ¡muchas gracias por conceder esta entrevista a proTECT project! Estoy segura de que despertará un gran interés.

Un abrazo enorme,

Amaia

El texto científico-técnico.

La nuevas tecnologías tienen sus cosas buenas y sus cosas malas, como todo. Lo mismo puede decirse de las RRSS. En mi humilde opinión, cualquier crítica debe hacerse desde dentro. No puedes lanzarte a la peliaguda tarea de juzgar algo si no lo conoces realmente. Por eso intento estar al día. Por eso también este verano he probado con Twitter. Y, como con el resto de RRSS, mi opinión sigue siendo que uno es dueño de lo que publica y da la imagen que quiere dar, elije como contactos a quien desea y sigue a quien le da la gana, y si inicialmente le faltase criterio, ya irá puliendo su estrategia con el tiempo. Lo que está claro es que sin tirarse a la piscina no hay forma de llegar al conocimiento.

Así que eso he hecho yo con Twitter y estoy encantada con los resultados, pues es una fuente de información inagotable  (segmentada según mis apetencias) que me hace sentir mucho más acompañada, sin ir más lejos, en la ardua tarea de recolectar toda la información a mano sobre traducción científico-técnica, que es en lo que estamos.

Esta entrada en particular nace de la fusión de la información encontrada en tres tuits en los últimos días.

Para empezar hablaré de la entrada de Manuel Sevilla Muñóz de hoy mismo, 13 de septiembre, en El Trujamán: «El texto científico-técnico, ese desconocido». Podéis acceder a ella a través de este enlace: http://cvc.cervantes.es/trujaman/anteriores/septiembre_12/13092012.htm

Viene a decir que los textos científico-técnicos tienen su propio manual de estilo y los clientes que solicitan una traducción de textos de esta índole esperan redacciones de acuerdo a ese libro blanco. Me quedo con el párrafo que dice: «Con esta anécdota apreciamos de nuevo que el discurso científico-técnico sigue siendo un desconocido y que se debe continuar trabajando para dar a conocer su verdadera condición

Si proTECT project tiene algún sentido es precisamente por este desconocimiento. El proyecto pretende ayudar a los profesionales a acrecentar la calidad de sus trabajos de traducción científico-técnica, y esto pasa por que comprendan y puedan traducir correctamente los conceptos y, obviamente, redacten esas ideas conforme a los estándares del gremio (por decirlo de alguna manera), lo que mi profesora de lengua española el primer curso de bachillerato llamaba «utilizar el registro adecuado».

Por eso, ahí va la información que he encontrado en un segundo tuit estos días: el curso de la Universidad de Standford que coursera ofrece de forma gratuita sobre la redacción científica (Writing in the Sciences, por Kristin Sainani) y al que podéis acceder a través del siguiente enlace https://www.coursera.org/course/sciwrite. Curso al que estoy segura de que muchos traductores podrían sacar provecho a pesar de estar dirigido al público en general (las cuatro primeras semanas del curso dan pautas sobre cómo escribir cualquier tipo de texto) y a los técnicos y científicos en particular (en las cuatro últimas semanas se habla sobre la estructura de los textos científicos).

Y en la línea de este curso está el último descubrimiento realizado gracias a un tuit: «Saber comunicar. Notas sobre escritura científico-técnica» Imagino que se trata de una tesis, por su longitud, y debo avisar que está en italiano (Saper Comunicare. Cenni di scrittura tecnico-scientificahttps://didattica.polito.it/tesi/SaperComunicare.pdf), pero el curso anteriormente mencionado se imparte en inglés y está dirigido a personas con un buen nivel en esa lengua, de la misma manera que la entrada inicialmente mencionada está en castellano. Es lo que tiene Internet, que te conecta con todo el mundo. Imagino que entre el colectivo de traductores leer en diversas lenguas no debería ser un problema sino una ventaja (¡para que no queden oxidadas! ;))

Espero que estos descubrimientos sean de utilidad a alguien. Y si encontráis algún otro en la misma línea, todos os agradeceremos enormemente que los compartáis con nosotros a través de un comentario a esta entrada.

Taller. Fundamentos de la traducción técnica.

A veces se dejan de lado las cosas importantes en pos de las urgentes y, en este caso, en vez de iros explicando poco a poco en sucesivas entradas los entresijos del proyecto, se cuela una noticia relacionada con la temática que será la tónica en este blog de ahora en adelante: El taller que la ITIA (la Asociación de Traductores e Intérpretes de Irlanda) ha organizado en Dublín entorno a la la traducción técnica. Lo han titulado «Fundamentos de la traducción técnica» (en inglés: ‘The Nuts and Bolts of Technical Translation‘ Muy apropiado ¿no?), a cargo del Doctor en traducción Jody Byrne, sobre el que podéis encontrar más información en su página web: http://www.jodybyrne.com/

Se trata de un taller práctico en el que se verán textos técnicos de diversas procedencias y se aprenderá a analizarlos, identificar posibles problemas de traducción y escoger la estrategia de traducción más adecuada para realizar el trabajo. Está enfocado tanto a traductores noveles como a los que ya se han aventurado en esta especialidad.

Las cifras que da Jody hablan de 15.000 millones de dolares invertidos en traducciones durante el próximo año 2013, de los cuales el 60% irán destinados a traducciones técnicas, por tanto, especializarse en este campo no es ninguna tontería.

El taller tendrá lugar el próximo sábado, 20 de octubre de 10:30am a 16:00pm en el Irish Writers’ Centre del 19 de Parnell Square en Dublín (Irlanda… lo digo porque cuando yo vivía allí y alguien me lo preguntaba invariablemente lo confundían con Berlín y pensaban que estaba en Alemania… ¡cosas del directo!).

El precio para los socios de ITIA es de 50€, de 70€ para los no socios y de 35€ para los estudiantes. Si hacéis la preinscripción antes del 1 de Octubre además os regalaran un ejemplar del libro que presenta Jody: «Scientific and Technical Translation Explained«, del que encontraréis más información en esta página: https://www.stjerome.co.uk/books/b/158/ Para vuestra información cuesta 20 libras así que vale la pena registrarse pronto si os interesa la temática. Sí, es Dublín, pero si sois creyentes y confiáis en Ryanair os saldrá baratillo 😉

Para registraros, o si necesitáis que os den más información, el correo de contacto es: admin.itia@gmail.com

Aquí os paso el pdf que me enviaron a mi desde la asociación:

ITIA CPD workshop – The nuts and bolts of technical translation

Espero que alguno/a os apuntéis y os animéis a contarnos que os pareció en este blog 🙂